La sudoración excesiva o hiperhidrosis, es una enfermedad que se conoce por la exagerada cantidad de sudor que puede generar un paciente.
Se sabe que esto puede ser en varios niveles del cuerpo, como sucede normalmente, pero al ser crónico puede conducir a problemas físicos o emocionales, como interferir en relaciones personales, actividades recreativas o profesionales.
Las causas de esta condición son diversas y que el momento exacto en el que aparece la sudoración excesiva no ha sido descubierto.
Una persona que sufre de sudoración excesiva lo hace casi desde el momento en que nace, es decir, ya se ha demostrado que, si bien no se manifiesta, el sistema nervioso de un paciente con hiperhidrosis empieza a fallar desde pequeño, pero los síntomas son demasiado leves para que los padres puedan notarlo.
Generalmente, desde que la hiperhidrosis se activa no se detiene nunca, por lo que es de suma importancia que los pacientes la detecten a tiempo para poder aplicarse los tratamientos más eficaces.
Es necesario que en la primera cita el paciente le cuente al especialista todo lo relacionado con su sudoración excesiva y cómo le afecta en su vida diaria. De esta manera, se infiere el grado de sudoración que presenta y, en base a ello, se decidirá qué tratamiento será el más adecuado.
Por lo tanto, primero de todo será vital ver el tipo de hiperdrosis que presenta el paciente.
Gracias a los avances de la tecnología, actualmente existen diversos tipos de tratamientos que pueden ayudar a los pacientes con hiperhidrosis a controlar los niveles de sudor en su cuerpo. Muchos de ellos deben ser recetados por un especialista.